Una joya artística

 

 

Basílica de Santa María de Portugalete

 

 

En la carta de puebla que, al fundar la villa de Portugalete en 1322, concedió la Señora de Vizcaya, doña María Díaz de Haro, se ordenaba la construcción de una iglesia bajo la advocación de santa María. Los habitantes de la nueva villa, obedeciendo el mandato, construyeron una pequeña iglesia.

 

A mediados del siglo XV se conoció en Bizkaia cierto auge económico y los portugalujos decidieron mejorar su iglesia parroquial, pobre y pequeña para una población en creciente desarrollo.

 

La obra estaba ya realizándose  en 1492 y no se finalizó hasta 1580. No tenemos noticias de quiénes diseñaron el proyecto, ni quienes dirigieron las primeras obras de la iglesia. Sabemos que, desde el año 1530, se hace cargo de las obras el maestro Cantero Juan de Garita.

 

La Basílica de Portugalete está labrada en una piedra arenisca de sillería con agradable tonalidad, aunque es bastante débil y aparecer un tanto gastada por la climatología en el exterior. En el interior está muy bien conservada.

 

Concebida cuando el gótico agonizaba, el templo presenta una planta basilical de tres naves con cinco tramos. Las naves laterales alcanzan dos tercios de la altura de la nave central, por lo que es necesaria la presencia de un arbotante que recoja la presión ejercida en el arranque de la bóveda central y la transmita a un contrafuerte. El escalonamiento de las naves se traduce en la disposición de un triforio, que es un estrecho pasillo decorativo que recorre toda la nave central, conformando una galería de arcos de mucho efecto. La estructura de soportes se formula a base de unos pilares cilíndricos, con columnas adosadas sobre las que se asientan los arcos formeros apuntados que, a su vez, van generando las bóvedas de crucería.

 

El renacimiento se manifiesta en la portada de la ribera, el acceso a la sacristía, los ventanales del último tramo que corresponde al coro, la decoración vegetal de los capiteles, la estructura de las capillas laterales y, más concretamente, el sepulcro de la Capilla de Salazar.

 

La torre, de estilo barroco, fue realizada por el arquitecto Lucas de Longa en 1681 y se culminó en el siglo XVIII. En las guerras carlistas se vio afectada por los bombardeos, por lo que en 1894 se debió rehacer la linterna y la cúpula con proyecto de Francisco Berriozabal.

 

 

La Puerta Principal

 

Bajo la torre se encuentra la Puerta Principal (1), orientada hacia donde convergen las calles del casco medieval. Entrada austera que sigue un estilo renacentista con una marcada transición hacia un cierto estilo herreriano.

 

La Capilla Mayor (7) está presidida por el Retablo Mayor, una de las obras más sobresalientes de la escultura renacentista del País Vasco. Se debe a los escultores Guyot y Juan de Beaugrant y Juan de Ayala, que lo realizaron entre 1549 y 1555. Fue ensamblado por Juan de Imberto. La policromía de la calle central fue realizada en 1749 por el alavés Andrés de Rada.

 

La talla de Andra Mari, entronizada en el retablo, data de principios del siglo XIV y es el único vestigio de la primitiva iglesia. Es la titular de la iglesia y la patrona de la villa.

 

Sin llegar a ser diáfana, la iglesia portugaluja goza de luminosidad suficiente gracias a sus vidrieras de doble derrama moldurado con tracería flamígera, propia del gótico vasco.

 

Entre los contrafuertes se abren cinco capillas. En la de Salazar (4) se encuentra un artístico sepulcro renacentista. En la de la Adoración de los Magos (5), un retablo de los hermanos Beaugrant, representa a los Reyes adorando al Niño. La de la Inmaculada (10) tiene un retablo neogótico con ilustraciones de Vicente Larrea Aldama. En la capilla de San Antonio (11) está el Cristo del Portal, talla hispano-flamenca del siglo XV. En la de Santiago (12), cerrada por una verja renacentista, existe un retablo, también renacentista. El Portal de la Ribera (3), diseñado por Juan de Garita y realizado por los Beaugrant, ocupa el lugar de otra capilla.

 

Se exhiben en la Basílica dos cuadros que datan del siglo XVI y que constituyen excelentes muestras de la pintura renacentista flamenca. El Tríptico de la Coronación (6) es rico en color y muy cuidado en lo que se refiere a las vestimentas y las caracterizaciones de los personajes representados. La Virgen, Reina de los ángeles, coloquialmente conocida como Virgen de la Pera (8) destaca por la gran riqueza de las vestiduras, por lo tenue de los colores y por el complemento floral. Se desconoce el autor de estas pinturas aunque podemos afirmar que ambas tablas han salido de la misma mano.

 

Sobre una base poligonal de piedra se halla el Púlpito, cuyo antepecho fue realizado por Vicente Larrea Aldama en 1898. Se accede por una bonita escalinata, que rodea la columna.

 

El órgano romántico, construido en 1901 por la casa francesa Henri Didier, gracias a su sistema tubular, al entramado neumático, a la tubería fina y, sobre todo, a la riqueza de sonidos y timbres distintos que el organista obtiene de ellos, es una verdadera obra de ingeniería.

 

La puerta de acceso por el Portal de la Ribera (3), es un gran trabajo de carpintería barroca, realizada en 1748, por el entallador y ensamblador Pedro de Garma a base de pilastras y cuarterones.

 

La Pila Bautismal (2), confeccionada de una sola pieza, es de estilo barroco y data de mediados del siglo XVII.

 

La Sacristía (9), construida a la vez que el templo, tiene un moblaje neogótico elaborado, en 1908, por Alberdi, Bengoechea y Cía.

 

En este templo los portugalujos históricamente han celebrado todas sus ceremonias religiosas que comprenden desde bautismos hasta funerales, pasando por bodas, confesiones, rosarios, comuniones, novenas, retiros, y muy diversos actos, según los tiempos.

 

En el año 1996, y por iniciativa de la Asociación de Amigos de la Basílica de Portugalete, abrió sus puertas un Museo Parroquial (13) que se encuentra instalado en la que fuera la moderna sacristía. El patrimonio museográfico de la Basílica está compuesto por todos aquellos objetos que fueron utilizados en épocas anteriores y que poseen un cierto valor, ya sea artístico, histórico o sentimental: imágenes, cuadros, ornamentos, objetos de orfebrería litúrgica, misales, estandartes, cruces, etc.

 

El Papa Pío XII, dado el esplendor del templo y el culto que en ella se venía celebrando, le concedió, en el año 1951 y mediante breve pontificio, el título de Basílica Menor.

 

El Gobierno Vasco, con la colaboración del Ministerio de Cultura, declaró, en 1984, a la Basílica Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento Histórico-Artístico.

 

La Basílica fue sometida, entre los años 1987 y 1994, a una restauración integral, tanto de arquitectura como de mobiliarios. Los trabajos fueron realizados por la Sociedad Urbanística de Rehabilitación de Portugalete (SURPOSA). Esta actuación sirvió para que este notable edificio recuperase todo su esplendor.